Es indudable que la
contemplación del agua transmite sensaciones, tanto si está en movimiento como
si está en reposo; y que donde hay agua, se crea un universo paralelo de seres que viven en torno al agua que a su
vez enriquecen con su presencia el espacio.
El agua utilizada
como elemento decorativo en un jardín, debe usarse no obstante con discreción y
astucia para no lograr el efecto contrario al deseado. Las proporciones de un
estanque o una cascada deben ser proporcionales al jardín, así como el agua en
movimiento para que el sonido no pase de ser agradable a ser molesto.
Si se pretende
copiar a la Naturaleza, su aspecto debe ser muy natural, o bien marcadamente
diferente si por el contrario se busca un contraste marcado y llamativo.
Cuando pretendamos
introducir el agua como elemento decorativo en nuestro jardín debemos tener en
cuenta que:
*Debemos conocer
nuestro espacio y las limitaciones o ventajas que el mismo nos presta.
*Tenemos que pensar
a largo plazo y planificar muy bien todo lo necesario antes de ponernos manos
a la obra.
*Hay que empezar por
hacer un estudio de las horas de sol que recibirá el agua y los elementos
necesarios para su creación, como bombas, filtros...
*Debemos saber qué
queremos exactamente: una fuente, un estanque, una cascada… Y su tamaño, para
poder planificar los gastos de los elementos necesarios y su posterior
mantenimiento.
*Tenemos que ser
conscientes de que nuestro elemento de agua necesitará tener un agua limpia y
que para eso necesitamos una serie de elementos que hay que instalar para
evitar problemas de mantenimiento, de olores y presencias no deseadas por
pudrimiento del agua. Puedes encontrar filtros, bombas etc aquí
*Es imprescindible
que contemos con una toma eléctrica y una toma de agua.
*Por último, y no
menos importante, hay que sentarse con papel y lápiz y hacer una previsión de
costes de todo lo que vamos a necesitar, así como del posible mantenimiento
futuro para evitarnos sustos. La planificación se puede hacer en su totalidad,
pero la ejecución se puede hacer en etapas adaptadas a nuestra economía.
Palma Martín Gutiérrez
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