Decorar con macetas está de moda.

Seguro que de eso no te cabe la menor duda, ¿a que no?. No hay más que hojear las revistas de decoración de mayor renombre para darse cuenta de ello. Y no es algo nuevo.
Tanto en el diseño de interiores, como en el diseño de jardines, es uso de macetas y jardineras es un recurso utilizado como el complemento perfecto para dar calidez y sensación de habitabilidad a las estancias, tanto del interior como del exterior de nuestras casas. 

Seguramente sea este el motivo de que haya evolucionado tanto la oferta de macetas y jardineras, tanto en formas, colores y materiales, de manera que es prácticamente imposible hoy en día no encontrar aquella que se adapte como un guante a lo que necesitamos, a nuestro estilo y a nuestro gusto.
Pero claro, llegados a este punto, cuando hay tanto donde elegir, es posible que la cosa se complique un poco y necesitemos hacernos un esquema para encontrar nuestra maceta o jardinera perfecta.
* Lo primero es pensar, claro está, en el tipo y tamaño de planta que va a ir en la maceta que compremos, para saber el tamaño que necesitamos. Este es el primer filtro. 
* Otra cosa que tenemos clara, para irnos centrando, es si nos gustan las macetas de estilo clásico o más bien preferimos algo más de diseño. Con esto ya tenemos eliminadas un montón de posibilidades.

* Es importante también tener claro si nuestra maceta va a estar en el interior o en el exterior porque no todas las del mercado aguantan a la intemperie, o su durabilidad está muy reducida por las condiciones exteriores y hay que tenerlo en cuenta.
*Con qué queremos combinarlo, condicionará la gama de color y combinación de formas y tamaños, así que es importante estudiar la posibilidad de disponer de lo que necesitamos.


*El mantenimiento. ¿Por qué no?: si buscamos que un jardín sostenible, y necesitamos macetas para el exterior, debemos eliminar de nuestra lista aquellas macetas que requieran un cuidado periódico. En este sentido, y para interior, tienen cabida las macetas de auto riego para despreocuparnos del cómo y cuándo regar.



*El peso. Es muy importante. Hay que pensar que en algún momento habremos de mover la maceta, y que al peso de la maceta o jardinera hay que sumarle el del  sustrato y el del agua que la tierra retiene, además del propio peso (y volumen) de la planta. Si el tamaño es pequeño, posiblemente no nos suponga demasiado problema, pero a partir de cierto tamaño la cosa se complica, así que , hay que pensar en ello como un factor determinante a la hora de elegir. En mi experiencia profesional he sido testigo de situaciones que han llevado a la necesidad de romper macetones y jardineras porque era del todo imposible su desplazamiento.

*El precio: ¡como no!. Pero evidentemente esto supone hacer un estudio de la necesidad del momento, la durabilidad previsible y la que necesitamos, y los costes de cada una de las alternativas de que disponemos. De nada nos sirve comprar algo muy barato si no nos va a servir y queremos que dure, o por el contrario, algo más costoso para plantaciones puntuales. Afortunadamente , en el mercado podemos encontrar soluciones para todas las necesidades.


Palma Martín Gutiérrez

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